4/6/13

Telarañas

Wao, qué abandonado está mi blog.  Me imagino que esto le pasa a la mayoría de las personas que sacan uno.

He presenciado un par de veces en las que alguien pregunta "¿Quién tiene un blog?", y yo orgullosa levanto mi mano hasta que hacen la segunda pregunta: "¿Con qué frecuencia escriben en él?".

Todo el mundo necesita una vía para ser... en vídeo, texto, imagen, dibujo... lo que sea.  Así que tengo que volver a aquí.

Creo que ya conté que inicié el 2013 con un nuevo trabajo, una mejor oferta en el ámbito profesional y así mismo representa una mayor responsabilidad, ¡y qué responsabilidad!  La verdad es que me ha resultado muy absorbente, pero en un buen ambiente en el que he aprendido mucho.

Estos días para mi están así, como esos días en que necesitas un blog para decir cosas y yo recordé que tengo uno.

Me siento como una batida de lechosa que lleva 15 minutos esperando a ser tomada, como una canción de Drexler fusilada por Michel, como un río de estos días, como frases redundantes que viajan en ciclo -sin redundancia en lo que digo, o a lo que me refiero-, que van de un Power Point de gente que lee correos de Power Points a Facebook, de ahí a Twitter, luego a una licuadora de mundos paralelos y luego a un tshirt del que nadie entiende su proveniencia.

Quizás luego escriba más, pero por ahora quiero dejar una lista de lo que amo en este momento:
Mi espacio.
Mi paz.
La gente que realmente me escucha.
La gente que se preocupa por mi.

Una lista de lo que necesito de mi hacia afuera:
Paciencia.
Consideración.
Comprensión.

La foto de arriba creo que ilustra bien cómo me siento. Me la tomé hace unos días mientras conversaba por Skype con mi gran amiga, que tanto extraño, Rosalyn. No me gusta ver gente en la calle y confundirla, porque sé que no es ella, hay muchos kilómetros de aquí a esa verdad.

Soy experta en echar de menos a la gente.

Necesito aire.

Gracias por leer.

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