He aprendido que hay que identificar cuándo eres un sacrificio para alguien o cuándo resultas ser aquella razón por la que ese alguien sacrifica algo (o a alguien) voluntariamente.
En economía es mucho más fácil de entender, es el "coste de oportunidad": Cuando elijo una cosa, estoy renunciando a otra. Por ejemplo: Cuando decido estudiar en la universidad, renuncio a trabajar durante esas horas o estar de viaje de vacaciones, estar en mi casa haciendo nada, mil cosas. Cuando decido tener una relación con una persona, estoy renunciando a que sea con otra.
En fin, lo que quiero explicar es que considero positivo el identificar si somos aquello que alguien elige o si somos aquello a lo que alguien renuncia. Claro, si estamos hablando de decidir con el cerebro y no con el corazón.
Me parece una buena técnica para volver al centro. Sobre todo cuando se trata de personas que dan tanto a los demás hasta olvidarse de sí mismos.
Todo en exceso hace daño. Incluso dar, pienso yo.
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