Un día, pasando canales, me detengo en uno donde están transmitiendo "Decisiones extremas", un programa en el que mediante dramatizaciones se muestran diariamente casos de la vida real para crear conciencia en el espectador, cada día es una historia diferente -para mi no es mas que una novela barata con un tema diferente por día, pero bueno-.
La cuestión es que precisamente ese día decido verlo y el caso era sobre las "Princesas Ana y Mia". A raíz de ese caso viene este post porque quedé impactada con esta realidad, pensé que era una cuestión de novelas, no más, pero cuando busqué en Google, los resultados me dejaron muda.
Existe una moda que se está extendiendo cada vez más por el mundo cuyo nombre es "Princesas de Ana y Mia". Se trata de personas enfermas, anoréxicas (de ahí viene lo de "Ana") o bulímicas (de ahí "Mía). Estas personas, más que estar obsesionadas con su cuerpo y pensar que se ven feas, piensan que la Bulimia y la Anorexia son formas de vida, la manera correcta de vivir. Tienen portales en internet donde suben fotos de su estado, critican a quienes les aconsejan comer pues "esos que dicen que tienes que comer, en realidad no saben el daño que te hacen". Escriben consejos para perder peso más rápido, razones por las cuales se debe ser una princesa o príncipe "Ana" o "Mía", consejos de cómo hacer para que en el colegio, el trabajo, su pareja, amigos o familia no se enteren de lo que sucede. Algunos incluso usan cosas para identificarse como pulseras, collares, algún tatuaje, etc.
En fin, esto es preocupante. Si antes estas personas obsesionadas con su peso seguían en su lucha por estar lo más delgadas posible, ahora es peor que han encontrado apoyo y personas -repito- ENFERMAS que les hacen creer que todo esto está bien.
Les aconsejo que estén pendientes de sus seres cercanos y si notan a alguien muy obsesionado con su peso, tomen cartas sobre el asunto. Esto es tan peligroso (o más) que las mismas drogas.
Los extremos nunca son buenos.
Existen mejores maneras de desperdiciar una vida que obsesionandose con un cuerpo. ¡Por Dios!