¿Cuántos serán los que en la calle dicen "repréndelo, Señor", "perdonalos señor", o sencillamente viven alabando para mantener su pose de "fé? Y al llegar a casa, cuando están solos, consigo mismos, están en realidad ante la farsa mas grande y es otra cosa la que pasa por sus mentes y la que rige sus acciones.
No es que piense que no existe gente con fé, o que todos fingen a propósito, solo que la pose de creyentes para convencer a otros y no a uno mismo, debe acabar.
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