En el peaje de la vida todos tienen que pagar lo que les toca,
pero tu, tu pasaste como un motorista...
la primera vez, de esos pobres padres de familia que a nadie le importan.
La 2da vez quisiste pasar como una patana y pagar con cheque.
Fue como amor a segunda mangada...
Bueno, a segunda ronda de mangadas...
Eso hiciste, y como patana que quisiste ser, al final hiciste decir y pensar todas las vulgaridades que sé e inventarme otras.
Gracias a ti, patanero, o como se diga, maldito patanero.
Gustos, gestos y gastos de muchas maneras y de las que no me arrepiento.
Sigo realista y con ganas de que la próxima patana vaya a menor velocidad.
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