3/5/10

Staff de la Feria: No somos sus víctimas!

Así se titula la nota que publicó Janio Lora ante la indignación del hecho que expliqué más abajo. La pueden encontrar en su facebook.

Esta es la nota:

Staff de Inseguridad de la Feria: No somos víctimas.
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Today at 11:33am

Manuel Llibre nos pidió que fuéramos por tercera vez a la Feria del Libro. La primera vez, por casualidad, porque en ese momento nos daba la gana, tocamos a guitarra y voz. Hubo una serie de problemas de sonido, pero sobrevivimos, musicalmente hablando. La segunda vez, quien dirigía el café era nada menos que Víctor Víctor y llevamos la banda completa. No hubo problema alguno, fuimos y tocamos lo que quisimos con respeto al público, a la música, a nosotros mismos. Ayer Manuel Llibre anunciaba que "mi hermano Janio Lora va a tocar en media hora", mientras conectábamos guitarras eléctricas, bajo eléctrico, armábamos la batería, nos preparábamos para tocar lo mejor posible y transmitir la mayor energía posible.

Cuando admití dentro de mí que la banda sonaba cada vez mejor y el público estaba cada vez más dentro de nosotros, arranca la canción "Despierta" y llegaron unos gorilas agresivamente diciendo que esa era nuestra última canción y que además, debíamos bajar el volumen. ¡Faltaba medio recital! Veo que empujan al sonidista, discuten con nuestros managers, suben la voz, amenazan a quienes tienen cámaras, e insisten en que van a desconectar todo.



Obviamente la paciencia no era una opción y empecé a cambiar la letra por unos versos "dedicados" a esos imbéciles, dejando salir toda mi rabia, cosa que no ayuda a solucionar el conflicto, que ya no me importaba solucionar.

El problema duró un buen rato, el público se sentía indignado casi tanto como nosotros, no paraban de llegar "refuerzos" de la inseguridad de la feria y es entonces cuando "mi hermano" Manuel Llibre dice -a mi espalda- que lo nuestro es "una rastrería". Lo hace coincidencialmente frente a mi hermana. Más allá de que alguien demuestre que no entiende lo que yo hago, que no tiene el nivel de cultura general mío, que no tiene capacidad de valorar una canción de mis discos, lo que me molesta es que, asustado por quienes invadieron y crearon el problema, de repente me convierta de ángel a demonio a la primera oportunidad, dejándonos solos ante los gorilas, a los que por supuesto les dejamos claro que no teníamos miedo.

Recogimos y nos llevamos nuestra música a otra parte. Rato después recibimos excusas por parte de gente de la organización de las actividades de la Feria, pero ni siquiera un insulto -a la cara- por parte del Café Bohemio.

Yo sé de dónde vienen los mal llamados "seguridad", del asco espiritual en el que Balaguer convirtió a este país. Y no me sorprende que pase. Es más, me sorprende que haya durado tanto para ocurrir. El año pasado uno de ellos nos amenazó a mí y a Gnómico porque no quería que pasáramos "por su sitio" que es de todos nosotros, pero nunca había ocurrido un problema en alguno de mis conciertos.

Lo que me molesta es que esos animales se den el lujo de detenerme un concierto, es el máximo honor que tendrán en su miserable vida de "poder" pasajero, se sienten gran cosa porque son una inútil seguridad de porquería en una Feria de porquería. Lo que me molesta es que el público tenga que vivir una desagradable escena, que sea amenazado por ser "libre". Me molesta que empujen, que suban la voz. Me molesta que cualquier idiota se crea con poder de boicotear un concierto de rock, porque es rock. Estoy seguro de que a ningún merenguero le pedirían que bajen el volumen, o que apaguen, o que toquen la última canción. Pero como hacemos lo que hacemos, menosprecian. Lo que ellos no saben es que yo los desprecié primero, a ellos y a todo el que justifique ese atropello.

Pero la verdad, que traten de callarme no me molesta, porque ni a tiros lo conseguirían.

Debo aclarar que esto no tuvo nada qué ver con Luis Molina y lo que ocurrió hace días en la tarima principal con mi admiradísimo Transporte Urbano, aunque coinciden en que la seguridad, en vez de estar persiguiendo a los ladrones y a los que se ponen a vocearle cosas a las damas con las que uno anda, nos persiguen a nosotros. A los artistas. Porque asaltamos a la gente con ideas y ellos no quieren que uno piense. No soy una víctima. Las víctimas son ellos, seguiré con más fe, lo más alto que pueda hasta que Santo Domingo despierte. ¡Malditos sean los que se toman la libertad de encerrarnos! ¡Malditos sean!

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