La del carrito

Yo me puse en mi respectiva fila de carritos para llegar a mi destino. La masa se va moviendo y desalojando a medida que los carritos públicos se llenan. En una, cierran la puerta del carrito donde me tocaba entrar y yo me quede como que Oooh po naaa! falta uno pero naa yo epero el otro eso no e na.

El señor que está pegado de la puerta me dice: -Ven que falta uno, tu cabe, tu va a ve como yo hago que tu quepa.

El don se apeñugo ahí como pudo y trato de montarrrme, pero manO!, me falta media pierrrna y ya no cabe mas na en ese carritooo!.

Dios hizo un milagro y entré!

Yo pensando el camino entero cuando es que me va a salir una ernia o un viento de lo apretada que estaba. Pensando también: Ete hombre tiene que ser muy gordo porque aquí no cabe ni el pensamiento. Miro de reojo a ver si alguien está en mala posición.

Hasta que por fin el Don dice "Chofer cuando puedaaa!"... el señor se bajo y fue como que NO SE HUBIERA BAJADO NADIE manoooooooo! y ahí fue que yo vi esta trrrremeeennnda barrigotaaaaaa que andaba en el otro extremo. Que M. GOrrrrrrrrrrdaaaa! Oh Dios mioooo!!! ay Dios miooo otra vez!

Todavía me duelen las piernas, si es que tan ahí todavía.

Mi herrrrmano/a!! si usted es una perrrsona en sobrepeso, pague dos pasajes! abusadorrrrrr!!!